La gran variedad de climas de que dispone Portugal le hace ser uno de los países productores de quesos más interesantes de Europa. Algunos pueden pensar que hay gran similitud con los quesos españoles y es cierto las hay pero también hay grandes diferencias y matices. Todo ello hace a sus quesos productos gastronómicos magníficos y perfectos para descubrir en nuestro turismo gastronómico.
Portugal tiene 15 denominaciones de origen protegidas (DOP). En este artículo vamos a analizar algunos de los quesos imprescindibles y que debes conocer y degustar en tu viaje.
Queijo da Serra: También conocido como Queijo da Estrela da Serra es un queso elaborado con leche de oveja y con cuajo vegetal , normalmente utilizando cardo. Es uno de los quesos más valorados de la gastronomía portuguesa. Es un queso de elaboración similar al queso español Torta del Casar. El Queijo da Serra es un queso cremoso de pasta blanda de apariencia untuosa y de un sabor suave, aunque algo más consistente que el de la Torta del Casar. Su zona de producción esta en la Sierra da Estrela en la cordillera central de Portugal
Azeitao: Este queso debe su nombre a la población donde originariamente de elaboró, la población Azeitao a escasos 50 Km de Lisboa. El Azeitao es un queso de leche de oveja cruda y cuajo vegetal. Su maduración es de entre dos y tres meses. Es un queso cremoso que, según los expertos, marida muy bien con los vinos de Oporto.
Rabaçal: El Rabaçal es un queso de la zona del centro de Portugal. Su elaboración se realiza en explotaciones pequeñas y medianas de la región de Beira Baixa. Se elabora con leche de oveja en un 70-80% y el resto de cabra. Su cuajo es animal y de cabra. Es un queso cremoso ya que su maduración es corta entre 4 y 6 semanas. Su maridaje es perfecto con vinos blancos , jóvenes y afrutados de la zona.
Queijo San Jorge: Es el queso de las islas Azores concretamente de la isla de San Jorge. Allí predominan las vacas que se alimentan de los pastos de una tierra volcánica y fértil en un clima subtropical. Este queso se elabora con leche de vaca cruda y su maduración es de alrededor de dos-tres meses. Es de pasta semidura y de gusto algo fuerte. Marida muy bien con vinos tintos con algo de cuerpo.
