En un marco único e incomparable, León te invita a descubrir mucho más que vino con su propuesta de enoturismo en una provincia donde el cultivo vinícola procede de tiempos muy antiguos. Una experiencia singular en un viaje entre viñedos para conocer historia, enología y épica, una interesante combinación que también pasa por degustar unos vinos de dos variedades de uva autóctonas e incluso únicas en el mundo (Prieto Picudo y Albarín). A continuación te revelamos más sobre lo que puedes vivir en cualquiera de sus dos Denominaciones de Origen.
Un patrimonio histórico y artístico de gran valor
Monasterios y castillos fueron dos grandes centros de poder en la Edad Media, época en la que monjes y caballeros medievales dominaban las tierras dedicadas a la vitivinicultura. Ellos fueron los que empezaron a darle prestigio a los vinos que se elaboraban en la región leonesa. A partir del siglo X, el motor económico de León se concentró en el cultivo tanto de uva como de cereal. Los propietarios o dueños de los terrenos convirtieron así a la vid en protagonista de la provincia, manteniendo el legado tradicional e histórico de las comarcas.
Resultado de esos tiempos lejanos, a día de hoy se pueden contemplar vestigios de un pasado dedicado a la vid. Una sensación visual que regala el enoturismo en zonas de la DO Bierzo y también de la DO León. Un patrimonio histórico y artístico de gran valor que pasa por los monasterios cistercienses de la primera región berciana. Allí donde la Ruta Jacobea fue incrementando la fama de sus vinos. Esos que ahora nacen en el valle del río Sil, en unas parcelas donde se cultivan solo variedades de uva autorizadas.
Por su parte, la otra región leonesa ubicada al sur fue creciendo entre una encrucijada por donde pasan a día de hoy la Ruta de la Plata y el Camino de Santiago. Es entre viñedos pero también entre las calles de León ciudad por donde transcurre una experiencia de conocimiento cultural creciente. Museos, teatros, salas de exposiciones, eventos deportivos, monumentos como la Catedral o el Panteón Real de San Isidoro, edificios como la Casa Botines e incluso entornos naturales que rodean dicha capital con sus bodegas, por supuesto.
En resumen, se podría definir este destino como un lugar con idiosincrasia multicultural única que debes descubrir visitando la ciudad u otra región de la provincia castellano-leonesa.