Estamos en plena época de unas frutas tan populares como sabrosas y vitamínicas. En el campo decoran pero en la ciudad también, al tiempo que aportan ese aroma a cítrico tan potente. Sevilla es buen ejemplo de esto, aunque la región por excelencia de este producto es la Comunidad Valenciana. Por eso, aquí te queremos hablar hoy de la Ruta de la Naranja que se desarrolla en la provincia de Castellón. Una experiencia aromática y sensorial fantástica para vivir desde octubre hasta mediados de abril. ¿Quieres descubrir cómo es este recorrido? Vamos a verlo.
El cítrico más completo, a tu alcance
Las naranjas son uno de los cítricos más cautivadores que existen por diversos aspectos que van más allá del sabor dulce en el paladar. Contemplar los terrenos agrícolas de naranjos coloreados por este fruto en cada uno de los árboles, formando fila junto a muchos otros, es maravilloso. Para la vista y también para sentir en la nariz ese olor penetrante de esta fruta, inconfundible. Si pasear por calles y plazas sevillanas o valencianas a la sombra de los naranjos en su pleno apogeo de estas fechas es una experiencia sensacional, imagínate recorrer las fincas de Castellón.
Naranjas y flor
La aventura completa son 5 días con 4 noches para disfrutar de una Ruta de la Naranja incomparable. Comienza con una excursión a la localidad de Vilafamés, popular y singular por sus casas pintadas de blanco pero decoradas también con piedras rojizas. Un bonito pueblo para descubrir por dentro con sus lugares de interés antes de poner rumbo a la ciudad de Castellón, donde sigue la visita turística.
Tras dos fantásticos días por esos destinos valencianos, al tercero llega el momento más esperado con el conocimiento profundo de las naranjas. El trayecto transcurre por El Más dels Doblons, una masía tradicional con más de 30.000 metros cuadrados en los que los naranjos son protagonistas. Aunque no están solos, ya que también hay viñedos y olivares centenarios que conforman un paisaje agrícola excepcional.
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Pero bueno, centrándonos en los cítricos, estos se recolectan y se degustan posteriormente tanto en ese mismo momento como después en una experiencia gastronómica más completa. Aquí es cuando aparecen productos típicos elaborados con naranjas, como la coca o la mermelada.
Ahora bien, la visita incluye mucho más para poder aprender cómo se cultivan, cuidan y recolectan esos cítricos junto a las mandarinas, que igualmente tienen su protagonismo. En general, del campo a la mesa, puedes crearte una idea completa de cómo ocurre el proceso. Como colofón a la jornada recibes una bolsa de 2 kilogramos de naranjas para beneficiarte luego el casa de las excelentes propiedades de esta fruta.
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La Ruta de la Naranja acaba al siguiente día con unas horas gratuitas en el mayor balneario de agua marina de Europa: Marina D’Or. Sin duda, otra increíble experiencia para finalizar esta actividad de turismo gastronómico con el cítrico más aromático del invierno.
