Si bien dice la famosa canción de Los del Río que «Sevilla tiene un color especial» siempre, todo el año, hay una época en la que ese colorido, esa alegría y ese sentimiento profundo de todo buen sevillano brillan más. Hablamos las fechas actuales de primavera, cuando ya se respira la Semana Santa por todos los rincones de una ciudad muy turística que, por la situación de pandemia mundial, no podrá vestirse de gala. Con sus pasos, sus nazarenos, sus hermandades y cofradías llenando las calles de pasión, música y, por supuesto, excelentísimos manjares. Dulces pero también salados. Si quieres descubrir la mejor ruta gastronómica española en estos momentos, debes escaparte a la capital andaluza.
Vive Sevilla entre su dulcería y cocina
Marzo en Sevilla es sinónimo de tres elementos que se unen sin repelerse. El primero es ese aire floral de primavera, inconfundible como los principales monumentos de la ciudad que puedes visitar. Véase La Giralda y la Catedral, la Torre del Oro y el Real Alcázar o también la majestuosa Plaza de España. Si viajas tierras sevillanas, esas paradas turísticas son obligatorias, aunque las posibilidades del turismo aún son más amplias. Esto nos lleva al segundo elemento que nunca falta en la capital hispalense por estas fechas: la Semana Santa con esas iglesias, cada cual más bella, que decoran el centro y los barrios más populares.
La majestuosa Plaza de España
A pesar de que en este 2021 no hayan celebraciones a lo grande, puedes entrar a esos templos religiosos para contemplar a los santos y a los más fieles cofrades que los veneran. Son muchos los destinos de este tipo que te esperan en Sevilla, así que puedes elegir a tu gusto. Entre monumento e iglesia, paseos, fotos para el recuerdo y mucho más, la tercera pieza de la ecuación que te estamos presentando en este texto está vinculada a la gastronomía. Todo este mes es tan dulce que los típicos pasteles de Cuaresma sevillanos son los principales protagonistas de los escaparates de pastelerías y panaderías.
Pestiños, torrijas, buñuelos, piñonates, flores de miel, mantas doblás, cocochas, leche frita, roscos de vino o las auténticas yemas de Sevilla. Enamórate de la dulcería provincial, con muchos de sus productos estrechamente relacionados con los bonitos pueblos sevillanos y recarga energías para seguir tu aventura. Encuentra esos patios de naranjos más escondidos pero bellísimos, camina a orillas del impresionante río Guadalquivir, descubre vestigios del pasado en distintos puntos de la ciudad y, por supuesto, no olvides probar la cocina local.
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Esa que está compuesta por variedad de manjares, desde las tapas hasta los montaditos, ambos platos elaborados con grandes productos del mar y de la tierra. Mención especial merece la pringá, el gazpacho andaluz, el pescaíto frito, el rabo de toro, los caracoles, el barbo o el cazón en adobo, el bacalao con tomate y los soldaditos de Pavía. No seguimos citando nombres de platos porque creemos que ya tienes suficiente para hacerte una idea de lo rica que es la gastronomía sevillana. Vive Sevilla esta Semana Santa para conocer el destino turístico más especial en su época del año tan pletórica. La ruta merecerá la pena.
