¿Cómo se hace el casu marzu y qué tienen qué ver los gusanos? Descubre si de verdad es tan peligroso como algunas personas dice. ¿Por qué la multa por venderlo es de 50.000 euros? Respondemos a todas estas preguntas a continuación.

¿Cómo se hace?

Existe un alimento de Cerdeña llamado casu marzu. Literalmente significa «queso podrido». Ya empezamos mal. Sin embargo, los sardos lo consideran todo un manjar ancestral. Así pues, se sienten orgullosos de un queso fermentado a través de larvas. Son las de la mosca del queso, conocida como «Piophila casei», las que ponen sus larvas en las grietas del queso de ovejaEstas rompen los ácidos grasos y lo fermentan con su acción digestiva. El proceso dura tres meses.

Por ello se reblandece la pasta del queso hasta producir un líquido que los sardos llaman «lágrima». Una vez termina el proceso es cuando el quesero abre la parte superior que no han tocado las larvas. Aquí es cuando ocurre un suceso chocante y desagradable para muchas personas. Es decir, las larvas del interior comienzan a retorcerse. Al probarlo, disfrutas de un sabor intenso y especiado con un regusto que dura horas.

casu mars

Casu marzu/Fuente: @eMundando en Twitter

¿Por qué es ilegal el casu marzu?

Ahora que ya sabes cómo se hace resulta conveniente que tengas alguna consideración. Para empezar, no te lo ofrecerán en las tiendas nada más llegar a Cerdeña. Esto se debe a que su venta fue prohibida por el gobierno italiano en 1962. Comercializarlo acarrea multas de 50.000 euros al no cumplir con las normativas sanitarias. No obstante, aún no se ha establecido correlación alguna entre el consumo de este queso y enfermedades serias.

Algunos dicen que algunas larvas pueden sobrevivir y crear microperforaciones en el intestino. De hecho, el Libro Guinness de los Récords de 2009 le otorgó el galardón de alimento más peligroso del mundo. Sin embargo, no está demostrado. Los habitantes de la isla lo siguen preparando y consumiendo. Es más, el gobierno lo respeta como tradición cultural.

Interés repentino por los insectos

La Unión Europea siempre ha sido muy cauta a la hora de hablar de insectos comestibles. Sin embargo, cada vez se abre más. Es por ello que hoy en día encontramos varias especies que se crían para el consumo humano. Así pues, la primera que aprobó la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) fue el gusano de la harina. Lo hizo en 2021 y tras este aprobó a la langosta migratoria. Meses más tarde de la última, en febrero de 2022, autorizó al grillo doméstico. Por último, dio el visto bueno a las larvas de escarabajo.

¿Pero de dónde viene este interés repentino por los insectos? Pues porque pueden ser clave a la hora de garantizar nuestra soberanía alimentaria. Así pues, resulta mucho menos costoso en términos de recursos naturales producir un gramo de proteína de insecto que de ave o mamífero. Requieren de mucha menos agua, espacio y alimento. Por ello es que, teniendo en cuenta el consumo generalizado en Asia, la UE se muestra cada vez más abierta.

cala Goloritze

Cala Goloritze en Cerdeña/Fuente: Pixabay

Sin embargo, aún existe una barrera psicológica. Muchas personas sienten aversión por estos pequeños animales. Sin embargo, no la sienten por crustáceos como las gambas. Al final, todo es una cuestión de perspectiva cultural. ¿Crees que llegará el día en que los europeos se acostumbren al consumo de insectos? ¿Mejorarán estos nuestro medio ambiente?

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