Los seguidores de la saga creada por J.K. Rowling tienen en su mente los grandes banquetes que los alumnos suelen degustar en Hogwarts. Una cocina que pese a parecer embrujada, tiene mucho más que ver con la realidad de lo que parece. Te contamos todos los detalles acerca de lo que vamos a llamar la comida Harry Potter.
Una base histórica
Las puertas del Gran Comedor se abren ante los ojos de los alumnos mientras de las mesas empiezan a brotar bandejas con todo tipo de comida. Kilos y kilos de extrañas recetas florecen para que los jóvenes puedan degustar tales manjares. Lo que quizás no sepa el lector es que detrás de esas recetas hay una base histórica real.
J.K. Rowling ha sabido combinar la gastronomía tradicional inglesa con elementos fantasiosos, acordes al mundo mágico creado. Y es que Hogwarts y el mundo real se unen a través de la cocina popular del Reino Unido, que no es muy conocida precisamente por su sutileza, más bien por ser contundente y pesada de digerir.
La comida en Harry Potter
A lo largo de toda la saga se detallan multitud de recetas de todo tipo: las ranas de chocolate, grajeas de todos los sabores, carnes, sopas, bebidas, etc. Todas ellas comestibles en el mundo real, salvo algunas excepciones. Es el caso de las galletas de piedra y chocolate. Este dulce, creado por el gigante Hagrid, guardián de los terrenos de Hogwarts, es una pasta horneada de polvo de piedra y chocolate. Nada apetecibles.
En cambio, entre lo que sí se puede comer, hay comidas más conocidas que otras. La más famosa, sin duda, es la cerveza de mantequilla. Este brebaje, del que ya hemos hablado anteriormente, es una mezcla de cerveza, huevo, mantequilla y especias. Muy similar a la butterbeer, un ponche inglés muy popular, el cual aparece descrito por primera vez en un escrito de 1596.
Un viaje a lo rural
Como ya hemos dicho, la comida Harry Potter es profundamente británica, sin olvidar sus raíces rurales. Aparte de la cerveza de mantequilla, existen otros alimentos con una base muy rural. Imposible no hablar del haggis, un plato que los alumnos degustan la noche de difuntos. Este plato es muy popular en la gastronomía escocesa. Similar a nuestra morcilla de Burgos, es un pastel de carne, sangre y especias envueltas en tripa de cordero.
Otro de los platos tradicionales que no faltan en las mesas del Gran Comedor de Hogwarts es el Steak and kidney pie(pastel de carne y riñones). Pese a que su nombre no invita a degustarlo, es una receta típica de la Inglaterra rural, a base de masa de harina, carne en salsa y riñones de cordero. Como toda gastronomía rural, un plato de aprovechamiento con los ingredientes de los que disponen en el entorno.
Un recetario hecho libro
A cualquier seguidor de la saga le gustaría degustar la comida Harry Potter. Y lo puede hacer. En el año 2020, Duomo editó un libro de recetas con el título ‘Cocina con Harry Potter’. Se trata de un volumen de 368 páginas, en las cuales se detallan las 150 recetas que aparecen en la obra de Rowling. Desde los Muffins gigantes de arándanos hasta la empanadilla de calabaza, pasando por las ranas de chocolate y el zumo de burbujas.
La cocinera Dinah Bucholz ha sido la encargada de confeccionar este extenso recetario basado en el rico universo creado por J.K. Rowling. El libro ha sido todo un éxito de ventas, con más de doce millones de ejemplares vendidos. Y todo ello pese a que el libro ha sido editado sin contar con la autorización expresa de la escritora ni de la Warner Bross, que posee en exclusiva los derechos cinematográficos de la obra.
Como hemos expuesto en este artículo, dentro del mundo Harry Potter hay sitio para la comida mágica y también para la comida muggle, es decir, la que los humanos corrientes comemos. Un mundo de fantasía con toque real, con una base gastronómica muy interesante. ¿Te atreverías a cocinar alguno de estos manjares?