Argentina ha recibido la influencia de la inmigración para enriquecer su variedad gastronómica, con la virtud de aportarle una interpretación propia. Italianos, españoles, judíos, árabes, trajeron sus sueños acompañados de sabores.

El campo y el gusto autóctono también hicieron su aporte imponiendo comidas que quedaron grabadas a fuego en las distintas generaciones. En este sentido, tenemos que hablar del asado, que se desarrolla como reunión de amigos o encuentro familiar.

Para cumplir con ese ritual hay que remontarse a la historia y en ella un hecho trascendental cuando en 1556 llegaron las primeras vacas al actual territorio argentino. Las amplias pasturas y las grandes extensiones de los campos fueron fundamentales para que el ganado vacuno  se convierta en un motor para la economía nacional y en el dueño de las cocinas. Hasta se llegó a decir que había una vaca por hectárea.

La carne se cocina a la parrilla, en la plancha de hierro fundida o frente al horno. Así se prepara para cocinar fundamentalmente carne vacuna. Esta carne tiene  diferentes cortes (asado, vacío, colita de cuadril, matambre) variando la cocción según el gusto de los comensales (a punto, jugoso o bien cocido).

Asado argentino

Asado argentino

Como previa, se consumen las achuras: chinchulines (tripa), morcilla, mollejas. Pero sin dudas la estrella de este grupo es el chorizo que, servido dentro de un pan francés, se convierte en un choripán, un clásico que llega hasta los estadios de fútbol y puestos ambulantes.

Hay otro plato que le roba protagonismo al asado: la milanesa. Ni más ni menos que carne magra cortada al estilo filete que luego se reboza con pan rallado y huevo. Una vez cocinado, ya sea freído o al horno, se disfruta de un exquisito plato que los argentinos combinan con papas fritas o diferentes tipos de ensaladas.

El ranking de preferidos se complementa con las pizzas. En todo barrio hay una muy buena pizzería, a la piedra, media masa o como sea.  Y tampoco hay que olvidarse de las empanadas de carne que tiene sus diferentes gustos según las provincias, especialmente las del norte.

Los argentinos adquirieron de los inmigrantes que arribaron de Italia la pasión por las pastas, tanto las tradicionales, como los diferentes tipos de fideos, y las rellenas: ravioles, canelones, lasagnas. Cada una acompañada de diferentes salsas, donde se destaca a la Bolognesa (tomate con carne picada) como la más porteña.

Los españoles no se han quedado atrás y lograron transmitir los secretos para elaborar tortillas, mariscos, risottos, paellas y tantas cosas más.

 Orgullo nacional

La Ley 28.670 de la Constitución Nacional Argentina declaró al vino como bebida nacional. En este país se consumen 29 litros de vino per cápita anuales. Hay 948 bodegas elaboradoras y es el 5° productor mundial.

Mendoza es la región más importante, representando un 75% del total. Lo siguen otras zonas como Salta, Río Negro, San Juan, Catamarca y La Rioja.

El Malbec es el varietal más comercializado, con un 37,8% del total. Lo siguen el Cabernet Sauvignon (13,4%), el Torrontés riojano (6,7%), el Syrah (4.4%) y Bonarda (3,9%).

A pesar de esta tradición vitivinícola argentina, el consumo y producción de cerveza crece cada vez más. Se fabrican más de 20 millones de electrolitos anuales y el 90 % de las que se toman aquí tienen materias primas (lúpulo, malta, cevadas) autóctonas.

El consumo de cerveza en Argentina está en constante en crecimiento. Actualmente se ingieren 45 litros per cápita. Una de las principales fortalezas es la diversificación de estilos y variedades para lograr satisfacer las necesidades de los clientes.

Postres tradicionales

Hay dos platos dulces clásicos de los argentinos, que han logrado convertirse en tradición a lo largo del tiempo. Uno es el flan, prepara con huevos enteros, leche y azúcar. Se puede acompañar con crema y dulce de leche, un auténtico invento argentino.

El otro es el tradicional postre de Buenos Aires: Fresco y batata. Una combinación justa entre lo salado (con un queso) y el dulce de batata.

Alfajores

Alfajores

El alfajor es otro gran invento argentino. Se consumen aquí 6 millones por día y Argentina es el primer productor mundial. Consiste en dos tapas con un relleno en el medio (puede ser limón, coco, chocolate, entre otros). Puede tener cobertura de chocolate blanco o negro.

 

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